Te contaré un secreto, así suavesito en el oido,suavesito como tus manos en mi cuerpo suavesito como tus labios en mis labios; Te contaré un secreto, que es todo lo contrario a tu amor, porque tu amor, tu amor me pego duro.
-Carmen Icedo.
lunes, 3 de septiembre de 2012
lo contrario
Te contaré un secreto, así suavesito en el oido,suavesito como tus manos en mi cuerpo suavesito como tus labios en mis labios; Te contaré un secreto, que es todo lo contrario a tu amor, porque tu amor, tu amor me pego duro.
-Carmen Icedo.
-Carmen Icedo.
martes, 17 de abril de 2012
Me desnudé
Me desnude y no del verbo de quitarse la ropa, de quitarse las prendas que cubren el cuerpo.
Me desnude frente a ti.
Desnude mi alma, mi corazón, mis caricias y mis risas, mis secretos,mis deseos, mis pasiones, mis sonrisas, mis alegrias y mis tristesas ,mis te amo y al final mi cuerpo frente tuyo.
Sin pudor sin pensar, sólo sentir.
pronto se acerca la hora de tener que cubrir mi desnudes, y por último ponerme la ropa.
y me voy sin antes decirte que contigo no conocí el pudor.
Te Ama.
Carmen Icedo.
domingo, 19 de febrero de 2012
Saciarme.
Me gusta saciarme de ti, del aroma de tu piel, de tu cuerpo, de tus besos, beber tus secretos y matar tus temores.
Me gusta saciarme de ti, hacerte el amor y servirte el café que no te gusta tanto.
Me gusta saciarme de tu voz que suele ser dulce pero dura una que otra vez.
Me gusta fumarte a ti aún que yo no fume ni siquiera el cigarro ya prendido que esta en espera por ser consumido por una boca sedienta de tabaco.
Me gusta hacer lo prohibido y lo aceptable a tu lado.
Me gusta bailar al son de la canción que se escucha en aquel bar, en la radio ;y porque no? pisar te los zapatos
Me gusta bromear y contar uno que otro chiste inexistente uno que otro sin chiste que aplico en un momento aleatorio y es la causa de sacarte risas con sabor a felicidad.
Me gusta perderme en tus ojos, en ellos encuentro la verdad oculta entre nosotros, la verdad que ciertamente e inevitablemente sentimos.
Me gusta decirte que te amo , pero me gusta más gritarlo con los poros de mi piel.
Carmen Icedo.
Me gusta saciarme de ti, hacerte el amor y servirte el café que no te gusta tanto.
Me gusta saciarme de tu voz que suele ser dulce pero dura una que otra vez.
Me gusta fumarte a ti aún que yo no fume ni siquiera el cigarro ya prendido que esta en espera por ser consumido por una boca sedienta de tabaco.
Me gusta hacer lo prohibido y lo aceptable a tu lado.
Me gusta bailar al son de la canción que se escucha en aquel bar, en la radio ;y porque no? pisar te los zapatos
Me gusta bromear y contar uno que otro chiste inexistente uno que otro sin chiste que aplico en un momento aleatorio y es la causa de sacarte risas con sabor a felicidad.
Me gusta perderme en tus ojos, en ellos encuentro la verdad oculta entre nosotros, la verdad que ciertamente e inevitablemente sentimos.
Me gusta decirte que te amo , pero me gusta más gritarlo con los poros de mi piel.
Carmen Icedo.
jueves, 5 de enero de 2012
EL JUEGO
Porque cada juego que teníamos no era un juego en el que ganaba uno ni otro, era un juego en el que los dos ganábamos, esos besos, esas caricias, esas, risas, esas cosquillas, esas miradas que lo decían todo sin decir nada, que decían muchas palabras sin mencionar ninguna, que el rose de tus manos con las mías era adivinar cuantas caricias sentías, sin contar, sin contar el tiempo que yo te tenía en mis brazos, que tus sentías mis abrazos y por mucho que yo jugaba con tu nuca, con la nunca del abismo al caer en la excitación, en la excitación en la pasión de un juego en el que los dos ganábamos, en donde ninguno los dos se cansaba jugarlo, porque era un juego tan serio y tan divertido que no ocupábamos de ajedrez, ni damas chinas, ni esos juegos de mesa típicos, ni el Xbox de tu cuarto, ni el Wii, el playstation , ni el pump it up que tanto te gustaba jugar de la típica plaza a la que solíamos ir, no había tiempo, no había limite no había un control, porque el único control era nuestras almas amándose como un niño ama los dulces, como la primavera las flores y el invierno al frio.
Porque por más que me pregunto que sucedió en aquel momento en que tus palabras ya no las escuchaba aunque las mencionaras ,aunque me miraras, y cuando me tocaras no sentía más que nada, no sentía más que mucho pesar en el momento en el que me di cuenta que esos dos niños a los que les gustaba jugar sin perder sin cansarse, ya habían crecido.
Y no te culpo, y no me culpes que quizá no fue el tiempo , quizá no fue la distancia, ni tu indiferencia ni mi insistencia de que este juego continuara, quizá tú no te cansaste, ni yo, ni la distancia emocional ni las personas al hablarnos en decirnos que esto terminaría mal, o terminaría pronto no fue nada, no fue esa canción que al recordarnos uno al otro la reproducíamos más de 10 veces una y otra vez ,una y otra vez, ni esa foto especial de ese día especial, quizá no fue todo eso ya mencionado lo que termino cansado.
Quizá fue el mismo juego el que se canso de ser jugado.
Carmen I
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